Cada viernes Santo, cada año...

De todos mis recuerdos de Semana Santa, hay uno que se repite cada año y al que tengo un cariño especial y que, sin una razón aparente, se produce de una manera recurrente y constante, y siempre en la madrugada del viernes Santo.

Papá viene a recogernos a Sandro y a mí, salimos de Dr Chirino núm. 4, nos lleva de la mano, en bandolera lleva su tambor, mucha gente por la calle le saluda.

Desde casa llegamos a San Julián y vamos en dirección a San Esteban (iglesia antigua). A medida que nos vamos acercando, vamos escuchando con mayor nitidez el sonido de los tambores.... No tenemos claro a donde nos lleva, pero voy entusiasmado. Y, por fín, entramos, es el gasto de los turbos, que maravilla!!!

Todo el mundo le saluda y nosotros estamos muy orgullosos.

Desde aquí, nos vamos hacia "El Salvador", vamos a ver "al Jesús".......

Para todos los sobrinos: siempre ha sido así, por eso tenéis tan arraigada la tradición, por eso la vivís tanto, por eso os emocionáis y os sentís orgullosos, tenéis raíces y una base muy sólida que os ayudará a lo largo de la vida, sobre todo en momentos difíciles. Y dentro de un rato, volveréis a acompañar "al Jesús" camino del Calvario.....

Luis, Juan, Jose y Sandro